Desde hace miles de años se ha exaltado la belleza de la mujer, no importa su religión ni sus gustos personales, siempre habrá en ellas algo que admirar y alguien que las admire, es este uno de los motivos por los que se considera a los hombres el sexo débil, aunque esto ya esté mandado a recoger, pues eso de la fuerza de los sexos ya se está quedando en el pasado.
Lo que sin lugar a dudas sigue muy vigente es la capacidad que poseen las mujeres para enloquecer a los hombres, en cualquier parte de la tierra siempre habrá un hombre suspirando por una mujer, así este hombre esté comprometido no podrá dejar de admirar las curvas de una mujer, y mucho menos si hablamos de que esa mujer se encuentra vestida con ropa diminuta.
Precisamente la ropa diminuta es la que detalla totalmente la silueta de la mujer, los pasados juegos olímpicos dejaron muchas anécdotas para contar, entre ellas una muy graciosa, fue el desconcierto por los culos de una participante, que sufrió un comentarista, este no pudo contenerse ante la magnitud de lo que estaba observando y poco a poco fue dejándose llevar por la impresión hasta generar un tono nada acorde con la situación.
El desconcierto por los culos una situación difícil de manejar.
Olvidando su posición de comentarista este hombre sucumbió ante los encantos de la deportista y sin pensar que se encontraba al aire produjo sonidos y palabras que quedaron grabadas en la mente de sus televidentes. Es muy importante resaltar que estos comentaristas deben controlar tanto sus palabras como sus acciones.
Sin importar la atracción que se les esté generando, ellos deben ser imparciales e indiferentes. Sin embargo el desconcierto por los culos de la competidora llevó al límite a este hombre y mostró frente a toda su audiencia la debilidad que como hombre posee frente a la belleza femenina.
No es la primera vez que sucede este tipo de situaciones y poder controlarlas es muy difícil, pero ya habrá tenido su escarmiento al haberse expuesto él solito sin que nadie más se viera involucrado, aunque claro está que dejó muy claro la atracción que esta mujer le ocasionó, así como que él es de los hombres que no se detiene ante la belleza y pase lo que pase su admiración es bastante grande.
¿Las mujeres llegan a vivir el mismo desconcierto por los culos de los hombres?
Del otro lado tenemos a las mujeres, siempre tan bien puestas, ellas si que saben disimular cuando en su camino se aparece un hombre de esos que se ejercitan en el gimnasio, pues es tal la forma en la que ellas logran ocultar sus emociones, que ni siquiera su esposo lograría darse cuenta, claro esto lo hacen cuando las circunstancias se lo permiten, pero imagíneselas cuando van acompañadas de otra mujer hay si pobre hombre se lo devoran con la mirada y dejan aflorar el desconcierto por los culos que ellas también poseen así lo nieguen.
Lo cierto es que seguro el periodista lo pensará dos veces antes de volver a admirar de esta manera la belleza femenina.