Mucho se ha hablado de los peligros a los que se expone una persona ebria al conducir, pero este hombre del que les voy a hablar se ha llevado una paliza y lo peor es seguramente al siguiente día no recordará de dónde le salieron los moretones, lo bueno es que existe un video que le refrescará la memoria.
Resulta que el personaje del que les hablo se ha sabido pegar una borrachera de esas en las que no tienes conciencia de nada, pero bueno hasta ahí todo va bien, mal para él por el guayabo pero hasta ahora no ha afectado a nadie, claro hasta ahora porque luego de estar casi que caído de lo ebrio que se encuentra le da por tomar un buldócer y convertirse en un borracho al volante, conduciendo por el interior de un parqueadero, dañando los carros que se encuentra a su paso, el cual por cierto no es muy recto que digamos y por ende se lleva carros tanto de la derecha como de la izquierda.
Todo esto ocurrió en Rusia un país en el que los hombres son grandes y fuertes, pues el borracho no contaba con esto y con que seguramente los dueños de los autos estarían cerca, tan cerca muy pronto llegaron y la verdad no con cara de muy buenos amigos.
Es mejor pensarlo antes de convertirse en un borracho al volante.
Los dueños de los autos golpeados desquitan su coraje golpeando al borracho, quien apenas puede sostenerse dentro de la cabina de su gran vehículo, afortunadamente él también es grande y fuerte y logra agarrarse con todas sus fuerzas, aunque lo que tienen en contra es su avanzado estado de embriaguez.
Afortunadamente para él llega la policía y sus ahora enemigos dejan de golpearlo, pero sin embargo sus buenos golpes si se llevó y ni me imagino cómo le salió de caro el chistecito ya que por lo menos golpeó unos seis autos, seguro que para la próxima lo va a pensar antes de ser de nuevo un borracho al volante.
Amargas consecuencias de ser un borracho al volante.
La primera idea que se nos debe pasar por la cabeza el día que queremos salir de fiesta y embriagarnos no sólo de alcohol sino también de diversión, es importante tener en cuenta que ante todo primero está nuestra seguridad tanto física y mental como monetaria.
No sólo exponemos el dinero que bien sabemos que gastaremos, también al convertirnos en un borracho al volante tendremos que asumir cualquier costo que se genere de nuestro inapropiado actuar.
Es una constante que a los borrachos les dé por hacer locuras, en lugar de muy juiciosos irse a dormir para dejar descansar el cuerpo, sabiendo que tranquilos en casa estarán más seguros, se quedarían allí, pero no, ellos tienen que salir en busca de problemas y vaya que los encuentran.
El conductor del buldócer quizá haya aprendido algo, al menos a recibir golpes, ojalá que la próxima vez que se vaya de fiesta no olvide empacar en su billetera el excedente que considere necesario para pagar los daños en bien ajeno.