Las nuevas reformas laborales repercuten a todo el mundo, pero más a la gente mas desfavorecida.
Me parece increíble que a partir de Agosto las prestaciones sanitarias cambien de una manera tan radical, siendo los más afectados los que menos tenemos.
Empezó con el copago, haciendo pagar a cada persona por sus recetas, menos a jubilados y parados que no tienen ayuda, que tendrán un límite de 8 euros al mes si durante tres meses se superan los 10 euros de gasto farmacéutico.
Igual para una persona que cobre 3000 euros, 8 euros son una propinilla, pero para un jubilado que cobre 320 euros, es la comida de 2 o 4 días mínimo.
Hoy he visto en facebook este recorte de periódico donde una persona que se dedica a atender a inmigrantes con VIH cuenta su punto de vista de la situación a la que nos va a empujar los recortes en sanidad.
Espero que todo el mundo lo leáis y escribáis en los comentarios qué opináis sobre el tema.
La verdad es que, yo si fuese la persona que lleva a la retirada de la prestación de la sanidad a tantísima gente, no sé si podría dormir por las noches y estar con la conciencia tranquila el resto de mi vida por, como dice en el articulo, dejar morir a gente con VIH por no darles tratamiento.
Además, por lo que leí el otro día las personas que tienen que hacerse diálisis por su enfermedad, tienen que costearse los traslados desde su casa al hospital y del hospital a casa, seguro que quien realiza estas «reformas» no tiene a su alrededor alguien que tiene que acudir a la sanidad pública con estas patologías.