Insultos de Intereconomía contra la consellera Salut Marina Geli (PSC-PSOE)

El «sujeto» impresentable de intereconomía.
Marina Geli defiende la política educativa fisica en Catalunya, luchando contra el retroceso que da la desinformación en la práctica sana del acto, sea este lúdico y placentero, o por inevitable encuentro del amor. Mujer, doctora, Consellera, profesional y compañera de partido. Su trayectoria es admirada y respetada por su gestión y compromiso. Participando en diferentes movimientos asociativos del entorno de la lucha contra el SIDA. Ayudando desde su cargo y su experiencia personal y profesional a los que más sufren y necesitan.
Pero hace unos días, un impresentable rompió la harmonía que suele dar el esfuerzo y la reputación conseguida por el trabajo bien hecho. Pero intereconomía, ese canal que actúa como el «Espíritu Santo», y que llevarles la contraria siempre es pecado y defecto si no comulgas con ellos. Un contertulio creyéndose que estaba en la «Íšltima Cena», quiso ser protagonista y cooperador necesario del pensamiento más beato. Este personaje, -de ahora en adelante «el sujeto»-, intervino muy a pesar de su desatino, con la actitud anacrónica y obsoleta de la España más negra, mutiladora de la libertad ya casi olvidada. Comenzó a proliferar insultos y descalificaciones hacia la Concellera catalana, con lengua vespertina e inconsciente axioma de mollera aplanada. El «sujeto» manifiesta que es católico, aunque nada que ver con los mitológicos «Caballeros Templarios». Porque este, ni es caballero ni tampoco adepto de ninguna orden misteriosa ni oculta que guarda secretitos y chatarrería varia.
Independientemente de las ideologías a las que todos tenemos derecho a manifestar y exteriorizar en un estado de derecho. Este «sujeto», no aportó más sabiduría que el estiércol en el que se hunde de su propio charco. Y de su boca, salieron las palabras imprudentes y ofensivas autoras del daño. Y como el delincuente que se deleita de sus fechorías, sin más miramiento que el desprecio hacia todos los tele espectadores, a borbotones le salía la necedad y la patología del reprimido, cohibido por la fragua de su dilema.
«Como hombre católico, necesito su perdón para sentirme limpio».
Tirar la piedra cuando ni siquiera hay cristal, es más absurdo que querer ver el sol en la oscura noche. Manifestando públicamente una serie de descalificaciones, más propias de mente desvariada y de fobias reprimidas que de contertulio moderado. El odio y la rabia son sentimientos propios de personas débiles y cobardes. «A Dios rogando y con el mazo dando», es política de impresentables y subcultura muy gastada. De gentes de poca sesera y entendimiento, desplazado en el espacio y el tiempo del déspota más impresentable y pegajoso.
Servidor, que tiene algún que otro sacerdote por amigo, cree que la Iglesia debería desmarcarse y deshacerse de tan «ilustres» hidalgos de mentes tan limitadas. Para que los auténticos cristianos, los del alma sana y plegaria diaria, pudieran practicar la fe que más les viniera en gana.
La masturbación no es insana conducta ni mal ejemplo para nadie. Y hasta servidor, la práctica una vez al mes para no perder práctica ni olvido del licor hirviente que suele dar la adolescencia. La mala educación y el despotismo barriobajero sí. Eso sí que puede hacer daño a nuestros jóvenes, animándoles al ruin y peligroso itinerario de las malas artes de la descalificación y la provocación más estúpida, de necedad ceñida al miedoso y cobarde insultador que quiso ser, en mala hora y peor momento, protagonista mal intencionado.
El diablo tiene cosas más importantes que hacer que perseguir adolescentes que se masturban alegremente y sin meterse con nadie. Y suele buscar las almas más putrefactas y rancias por los canales de los televisores más arcanos. Esos de lenguas afiladas como hoja de navaja oxidada. Hay palabras que deben de ir rápido a la alcantarilla para que se descompongan de su propia rancia esencia. De azufre suelen ser los alientos de los ignorantes más cafres. Y el pintoresco «sujeto», cómplice del canal de la demagogia por antonomasia, ya tiene los cinco minutos de gloria que probablemente deseaba. E igual, hasta la tiene pequeña y todo, -del «alma» hablamos-, claro.
Otra cosa es la mala reflexión a la que le llevó su eyaculación mental. Donde se suele sustituir a las neuronas por los veloces y ligeros espermatozoides. Que salen de la parrilla de salida, de la «Post Position», diligentes y apresurados en busca de una meta alcanzable que no siempre aciertan.
Este «sujeto», -como decía el maestro Pepe Rubianes-, de neuronas debe de tener unas cuatro, e igual, las cuatro le beban y se embriaguen en casa de señoritas que te hablan de «tú». Probablemente, cuando esta alma desorientada deje de existir como todos en este liviano y de lento paseo por este mundo. Y como él, presume de fervoroso y piadoso creyente convencido de que hay un Dios por el espacio pululando. Pero cuando tenga la intención de ir a la bóveda celeste, o sea, al cielo, que es paraíso para gentes de bien, muy sometidas, creyentes y disciplinadas. San Pedro, que es el portero y encargado de seleccionar al personal, le deniegue la admisión y le de «un par de hostias» bien dadas. Más por necio que por errante discípulo y «hooligan» de dogma discutible. Para acabar derivándolo camino del infierno. Porque el diablo, con estos «sujetos», se mea de risa y les escupe en su rostro por la majadería que les caracteriza. Y hasta al demonio, en las tinieblas más cachondas entre calderas y cazos de caldos depravados , estas cosas del acto reprimido y sometido a creencias irracionales se la «pone dura» y todo. Y este «sujeto», entonces sí, que él mismo, tendrá toda la eternidad para masturbarse si lo desea y pecar a sus anchas. Donde descubrirá placeres inimaginables en sus pensamientos más solitarios. Qué tiempo le sobrará para utilizar sus manos «artesanas» para menesteres manuales varios, y poder darle a la manivela en su reprimida moral enquistada hasta que se canse.
De azufre son los alientos de los ignorantes que les quema la garganta como un fuego vivo, y que les abrasa el entendimiento que suele estar caduco en sus débiles mentes. Pues fulanos de esta calaña, son propensos a absorber el odio y la rabia como una esponja absorbe la insípida agua.
«Como hombre católico, necesito su perdón para sentirme limpio», manifestó una semana después el «pollo». ¡Anda y que arda en su propio estercolero! Porque con sus palabras ya está sepultado.

Sergio Farras, escritor tremendista.

Perdona, así está ESA televisión, y no compares esto con lo que se dicen los politicos que NADA tiene que ver, me parece muy grave lo sucedido, además de ser totalmente mentira lo que dice de Geli, infórmate y luego opina, es sólo un consejo, pero si te vas a informar olvida Intereconomia, ABC, El Mundo y demás informadores franquistas y ultra derechistas.