Con su mascota en el metro es algo de asombro. Muchas personas desean ir con su mascota en el metro a causa de una situación que se les puede presentar en forma imprevista, es decir, alguien que tiene que viajar y no tiene con quien dejar la mascota las 36 horas que estará fuera de la casa o apartamento, por lo que la llevarán consigo a donde vayan.
Para cada uno de los pasajeros del tren de Berlín sería una tremenda sorpresa el que una mujer subiera con su mascota al tren sin que para ella fuera algo salido de lo común y corriente. Lo que sería muy importante sería determinar qué tipo de mascota sería ésta, pues la mascota podría ser un perrito pequinés.
Se trata de una mujer joven y rubia con una edad de unos 20 años, la cual permaneció sentada todo el tiempo e indiferente ante lo que estaba ocurriendo. Es muy curioso que todo el mundo estuviese ante la expectativa de algo fuera de serie, mientras que ella permaneciera como si nada estuviese sucediendo.
Para la gente, esto lo único en lo que se podría pensar es que este era un viaje de retorno a casa en forma normal, sin embargo, nadie se imaginaría en lo que se podría presentar en el transcurso del camino, lo cual sería nada común para cada uno de los ocupantes del tren. Después de una parada, sube una chica.
Ella sube con su mascota en el metro; es una mujer de su edad en condiciones muy norma, lo que no se consideraba como normal es la mascota que entró en compañía de la joven rubia. La mascota que entra en compañía de esta joven no es un loro, un mono o un pequinés; entra un caballito poni.
La chica que sube con su mascota en el metro propicia confusión.
Un pasajero replicó al respecto con un poco de asombro: no sé que pueda decir acerca de esto. Para el pasajero estaba claro que algo como esto implicaba violar las políticas del metro. Los trabajadores del metro no vieron el peculiar acontecimiento, sin embargo, para ellos era bien claro que se estaba infringiendo la ley establecida por este vehículo de circulación masiva, al introducir en él seres que no están contemplados como pasajeros para este tipo de vehículos. Lo que unos y otros pensaran no tenía mayor importancia para la tranquila joven bien original dentro de un mundo en el que no encaja.
Para la joven exótica lo importante era subir con su mascota en el metro, sin temer las consecuencias que se pudieran presentar, ocasionadas por la imprudencia cometida. Para algunas personas, esto puede ocasionar uno de los tantos chistes que se encuentran cuando se sale a la calle, pero no es todo.
Como cada persona ve las cosas desde su propia cosmovisión, la directiva del metro lo único que tenía bien claro es que lo de una joven con su mascota en el metro, Estaba violando las leyes del metro, lo cual sería totalmente chistoso o no, la joven entra con su poni al metro para viajar en forma tranquila.