Es muy cierto que en la actualidad se han superado muchos tabúes y que ya se puede hablar de cualquier cosa que se nos ocurra, y el acto es un tema que siempre dará que hablar ya que ofrece gran diversidad de contenido, desde acoso, violaciones, engaños, amores eternos, hasta la falta o exceso del mismo son un sinfín de probabilidades de temas a tratar.
Pero si bien este tema es variado y con abundancia de contenido, no deja de sorprender las cosas con las que nos encontramos, como por ejemplo el acoso a una vaca; aunque suene extraño así es, a una vaca, el desenfreno por lo libidinoso le llegó a un toro que en su afán de conseguir lo deseado asustó a tal punto a la vaca que no le quedó de otra sino huir.
¿Qué hacer en caso de acoso físico animal?
Como es de esperarse la mejor manera de salvarse, no sólo para los humanos es huir, y al parecer su instinto de conservación le funcionó mucho mejor que el de reproducción a esta vaca, sin pensarlo dos veces corrió por toda la ciudad con su «pretendiente» detrás, hasta encontrar en un edificio su salvación, por llamarla de alguna manera, pues aunque se salvó de quien la perseguía se ganó un problema mayor, no podía bajar de su escondite.
Esto nos lleva a reflexionar sobre ese instinto que todos los seres vivos poseemos y que en realidad no sabemos cómo nos hará reaccionar al momento de sentirnos en peligro, en este caso el acoso físico animal fue suficiente para que la vaca que lo padecía olvidara la dificultad que poseía para bajar escaleras, con lo cuál tubo que ser atada y bajada en contra de su voluntad, mientras que el pretendiente fue ahuyentado.
Se parecen el acoso físico animal y el de los humanos.
Pudiéramos decir que si, que es el instinto el que lleva a que estos casos lleguen a presentarse, pero sin lugar a dudas los humanos nos caracterizamos supuestamente por no actuar bajo la influencia de instintos, entonces en el caso del acoso físico animal esta conducta es totalmente comprensible, pero que no vengan los pervertidos a querer limpiar sus actuaciones bajo esta premisa.
La semejanza se puede establecer entre las formas de actuar, pues con lo dicho se puede establecer que no sólo los humanos queremos y conservamos nuestra integridad, al punto de actuar por simples reflejos.
Seguro alguna vez alguien en medio de un susto ha trepado paredes, saltado alturas, metido en agujeros diminutos y al final cuando el susto ha pasado nadie sabe cómo logró cometer esa hazaña que sin ese ingrediente de adrenalina no hubiese logrado superar.
Ahora la vaca se encuentra a salvo, pero seguro pensará cómo fue que llegó al quinto piso de un edificio, del cual tubo que ser rescatada, gracias a sus lastimeros quejidos, mientras que el toro se quedó con el deseo vivir un acoso físico animal a la vaca de sus amores; ahora separados pensaran en esta experiencia que seguro los marcó para siempre.