Se puede decir que es veloz como el metro de París. La historia del hombre que es veloz como el metro de París es emocionante en el sentido del reto inmenso en el que se metió este hombre osado, no es del todo fácil correr a la velocidad del metro de París, pero este hombre se dio la pela de desafiar la velocidad haciendo esta prueba de fuego contra reloj.
El desafía tenía que ver con una velocidad promedio de 20 kilómetros por hora, es de suponer que es como cuadruplicar la velocidad de un paso normal de caminar, esto no es del todo fácil, sin embargo, el hombre se propone alcanzar esta velocidad y emprende la carrera, saliendo del tren seguido por cámaras.
Para lograr este título, veloz como el metro de París, tuvo que enfrentarse a uno de los más grandes retos en toda la historia de su vida; debió correr como jamás lo había hecho y tener velocidad más resistencia para lograr igualar la velocidad del metro con el cual estaba compitiendo, no era nada fácil para él.
La prueba consistía en que el hombre se bajaría del vagón, saldría a la calle y correría hasta la otras estación o parada donde tendría la oportunidad de subirse en el mismo tren. Desde luego que después que todo finalizó, todo quedó grabado en cámaras de vídeo, con el fin de confirmar el logro del reto.
Cada día se presentan nuevos retos en las vidas de las personas, mediante lo cual se puede comprobar la excelencia y capacidad con la que se cuenta en momentos de máximos logros.
Los retos del hombre veloz como el metro de París
Uno de los retos inmensos del hombre considerado veloz como el metro de París es el de someterse a perder y ser objeto de burla de todos sus amigos y conocidos, esto conllevaría a tener que aguantarse hasta los apodos o «alias» que le hubiesen colocado si el resultado hubiese sido el de perder con el tren.
Otro de los retos al que tuvo que enfrentarse fue al de un accidente por ir de prisa por la calle, sólo con la idea de ganarle al tren, o por lo menos llegar a la otra parada al mismo tiempo. La partida de un hueso y dislocamiento de una articulación ocasionado por una caída sería fatal, es decir, dos pérdidas.
Un tercer reto al que tendría que enfrentarse este hombre es a la pérdida de dinero si hubo una apuesta, perder la carrera implicaría haber perdido el tiempo, el esfuerzo y el dinero apostado, es decir, como dice alguien: «perdió hasta el apellido», sin embargo todo fue un éxito para el hombre y su osadía.
Para el hombre que se coronó como el veloz como el metro de París la vida le dio una de las mejores experiencias al ganar un reto de tal magnitud y ahora se encuentra adquiriendo fama a través del medio más difundido, la Internet. Esta historia es de curiosidad y admiración.