El dentista de plumas es un vídeo que da la vuelta al mundo y sin duda impresiona demasiado. Se trata de la historia de un loro Quaker que se siente sobre el hombro de un niño y comienza a tirar de sus dientes uno por uno como si fuera un dentista, hasta que finalmente lo saca. ¡Realmente asombroso!
La nueva forma de sacar dientes con el dentista de plumas
Un niño estadounidense descubre una nueva forma de extraer sus dientes de leche sin tener que moverse de su casa y sin tampoco tener que mover un dedo, solo con abrir la boca para que el loro que tiene como mascota revise le basta para que este saque su diente.
El loro Quaker solo llega y se acomoda sobre el hombro de su amo y así se convierte en el dentista de plumas, sin ningún tipo de escalofrío y sin pensar en el dolor, el niño espera paciente y parece que complacido para que su mascota haga el trabajo, seguro le tiene confianza. Luego de mucho hurgar, el loro se las arregla para tirar del diente y el trabajo queda completado.
El pequeño, llamado Anton Androshchuk fue quien compartió el vídeo comentando que no es la primera vez que el ave le ayuda en este tipo de tareas. Según Anton, que vive en Washington, el loro había extraído previamente cuatro de sus dientes antes de que decidiera subir la grabación del dentista de plumas.
Sin duda el animal ya estaba más que entrenado con esta experiencia y le daba la seguridad al pequeño de compartir el vídeo sin riesgos de equivocación. Por demás la grabación ha sido todo un éxito en YouTube, una razón más para que el menor no se arrepienta.
Así trabaja el dentista de plumas
Con mucha paciencia y total profesionalismo, después de esa experiencia de cuatro dientes extraídos, el Quaker revisa cuál es el diente que debe ser tirado, y una vez lo encuentra lo saca. El niño solo se ríe parece que hasta el ave tiene el poder de anestesiar.
En solo un minuto y medio se relata la acción desde que el pequeño abre bien su boca para poder ser inspeccionado por el Quaker. Antes de que dé inicio el vídeo el pequeño repite que no puede ver eso y aunque su cara no demuestra miedo, sus palabras dictan lo contrario.
Por alguna razón el pájaro sabe exactamente qué diente es el que debe aflojar y comienza girando y girando su cabeza hasta alcanzar el objetivo. Eso sí antes de ello revisa los demás dientes para comprobar que estén en su punto fijo.
Al llegar al diente que es, el loro intenta por unos segundos, parece que lo afloja un poco más, pero no lo suficiente y saca su cabeza para descansar. Unos breves instantes después está de nuevo tratando de cumplir el objetivo, el cual no se tarda en cumplir.
Eventualmente el ave logra aferrarse a él durante el tiempo suficiente y después de un último tirón extrae de la boca del joven el diente. El joven solo se ríe después de que el loro saca el diente de su boca.