En ocasiones creemos tener el poder absoluto sobre todas las acciones, y de no ser así entonces creemos tener las respuestas adecuadas para los momentos en que necesitamos encontrar una pronta salida a alguna situación inesperada, pero terminamos cayendo en las situaciones más insólitas que nos enseñan la debilidad que en realidad poseemos.
Son muchos los casos en los que vemos a ese tipo de personas que se las dan de vivos, que esperando ganarle a todo el mundo, no les importa pasar por encima de quien sea; los hay por todas partes y en cualquier circunstancia siempre querrán ganarte la partida.
Los errores, un golpe bajo para el más listo de los conductores.
Los autodenominados «vivos» son del tipo de personas que no respetan filas, trámites, reglas ni nada que los tenga esperando por más de un momento. Y aceptémoslo, rendirse a la tentación no es fácil, cualquiera quisiera poder evadir la cantidad de trámites que impuestos, pagos, cuentas y demás nos imponen, pero nuestra realidad es esta y lo más sensato es asumirla con responsabilidad.
Uno de los lugares más frecuentes en donde nos encontramos a este tipo de personas son los atascos o trancones que se presentan en la vía, cada quien tiene su propio afán y se desespera de una manera diferente, lo malo es que al tratar de evitar este tipo de inconvenientes se genera un caos mucho peor del que estábamos enfrentando; entonces imaginémonos si cada uno de nosotros quisiera ser el primero en salir del atasco, nos enfrentaríamos ante todos los que desean ser el más listo de los conductores.
No basta ser el más listo de los conductores, es mejor ser el más paciente.
La situación que voy a describir es una situación real, basad en un video subido a la red, en el que precisamente un hombre que se cree el más listo de los conductores termina en una situación bastante risible.
En una carretera de algún lugar del mundo como raro aparece un atasco gigante, el cual sólo con paciencia es posible superar, pero al parecer uno de los conductores no piensa lo mismo, y en su afán de demostrar que el más listo de los conductores, queda como el más idiota.
Al querer evitar el atasco el conductor se mete por un costado de la vía, y avanza sobrepasando los autos que se encuentran esperando su turno para continuar, a una buena velocidad adelanta los otros autos, sin contar con que el costado de la carretera cada vez se hace más chico y cuando menos se los espera termina sobre el separador de la vía, al parecer por ir mirando los autos a su costado se olvida de mirar al frente.
Esto es lo que suele pasar cuando alguien quiere pasarse de listo sin tener la práctica suficiente, en últimas el conductor no logró sobrepasar el atasco, y muy seguramente necesitó la ayuda de una grúa para poder salir de su problema, todo lo que hubiese evitado con un poco de paciencia.