Las gacelas y los cocodrilos no son afines y menos tienen algún grado de amistad, las unas huyen, mientras que los otros esperan un momento apropiado para ejecutar una acción de cacería y deseos de atrapar la comida de algunos días. Gacelas y cocodrilos puede ser una odisea presentada en la lucha por el poder.
Cuando de atravesar un río se trata, no siempre se puede realizar sin tener que correr algunos peligros y hasta de muerte; este es el caso de este artículo, en el que se desarrolla una lucha de las gacelas con el deseo de atravesar un río y una cantidad de cocodrilos a la espera de que ellas entren para realizar su festín.
Las gacelas son mamíferos muy ligeros, pero a la hora de un enfrentamiento lo único que saben es correr para que su contrincante no les pueda alcanzar, por el contrario, los cocodrilos son animales muy pesados, pero unas fieras que toman a sus enemigos y los vencen casi siempre convirtiéndoles en una presa fácil.
Gacelas y cocodrilos podría ser una guerra bien desventajosa en la que las pobres gacelas serían un plato exquisito para los depredadores cocodrilos. Esta en realidad es una imagen escalofriante que deja la naturaleza, no es otra cosa que unas gacelitas tratando de atravesar un río lleno de cocodrilos asesinos.
En las riveras del río se pasea una buena cantidad de gacelas, mientras que dentro del río se sumergen otra cantidad de cocodrilos hambrientos que esperan a que las gacelas intenten cruzar el río para hacer un festín con ellas.
Entre gacelas y cocodrilos ellas dan vueltas con el deseo de ir al otro lado.
Gacelas y cocodrilos se miran y ellas desean pasar al otro lado del río y ellos esperan a que cada una de ellas entre al río, no es de imaginar la lucha que tenían las pobres gacelas con el paso hacia su objetivo infestado de hambrientos cocodrilos. Comienzan a entrar en el agua del río de aguas mortales las gacelas.
No había entrado la primera gacela cuando el primer cocodrilo le tomó con sus afilados colmillos y sus feroces mandíbulas, ella trató de huir, pero la fuerza del depredador le pudo y ahí cayó en las garras de esta fiera de las aguas del río. De una en una fueron entrando y cada una de las que entraban era una víctima.
La idea de ir al otro lado del río se convirtió en pesadilla para las gacelas y en oportunidad para los cocodrilos que esperaban un momento en el que pudiesen conseguir carne para saciar su hambre. Gacelas y cocodrilos corren una suerte diferente bajo las circunstancias que les deparó una decisión muy mal tomada.
Todo terminó con un sacrificio masivo dentro de las aguas dulces de un río que nada tenía que ver con la muerte de las pobres, gacelas bajo la furia de unos sanguinarios cocodrilos en espera de saciar su hambre e instinto de alimentarse de carne.