Esta curiosa historia, protagonizada por Bibi y Poldi dos tortugas gigantes, se ha llevado a cabo en un zoológico de Austria. Este par de animalitos iniciaron una dulce relación matrimonial hace 115 años, el matrimonio animal más duradero del mundo.
Estas tortugas pertenecientes a un zoológico ubicado en la localidad de Klagenfurt, de Austria, al cual llegaron desde hace 36 años procedentes de Suiza, se han separado ahora, luego de 115 años de relación, pero al parecer la decisión ha sido tomada por la hembra, Bibi, y hasta el momento, esta ha sido definitiva.
Los cuidadores del zoológico aseguran que ha sido la hembra Bibi, la que ha tomado la decisión, y esta ha sido tan definitiva, que aunque ellos aseguran haberlo intentado todo, desde afrodisíacos y terapias de pareja entre otras estrategias para ayudarlos a superara sus dificultades actuales, pero ha sido completamente imposible; los ayudantes del zoológico aseguran que en este momento no son ni siquiera capaces de mirarse el uno al otro.
Tortugas se divorcian luego de 115 años de separación.
Apreciaciones de los testigos.
Según la jefa del zoológico austriaco, Helga Happ, es muy poco frecuente que luego de tantos años de convivencia, dos animales decidan separarse, pero lo peor de todo, es que se ha puesto en evidencia que estos animales ya no se toleran más. De hecho, Bibi le dio un gran mordisco a su compañero, dañando una parte de su caparazón.
Como aparentemente las tortugas no toleran siquiera verse, la directora del zoológico austriaco de Klagenfurt asume con tristeza que el matrimonio más antiguo dentro del reino animal, conformado por Poldi y Bibi ha quedado definitivamente disuelto luego de 115 años.
Los primeros indicios de separación los dio Bibi, quien atacó a su compañero mordiendo una parte de su caparazón, al ver que los ataques no se detenían, su compañero Poldi fue trasladado a otra jaula.
Tortugas se divorcian luego de 115 años de separación.
Los tratamientos.
En la actualidad, muchos expertos se encuentran en la labor de volver a reunir a la distanciada pareja y su principal objetivo es que estos vuelvan a encontrar la normalidad en sus vidas y quienes sostienen también que es muy difícil que luego de tantos años de convivencia, este tipo de animales puedan llegar a separarse.
Bibi y Poldi han recibido diferentes tipos de tratamientos, entre ellos alimentos afrodisiacos y juegos, con el objetivo de acercarlos un poco más, pero hasta el momento ningún esfuerzo a surtido sus frutos y continúan con su inminente separación.
Al parecer estas tortugas han dejado en claro un lema muy habitual en nuestra sociedad «nada es para siempre» y ni siquiera una unión de 115 años les ha hecho acompañarse a la tumba, será que si una persona llega a vivir más de 100 años, ¿los soportaría al lado de su pareja? Yo no lo sé, pero como dicen en el medio oriente «el matrimonio es el inicio de un proceso de divorcio» y lastimosamente, luego de tanto amor, estas tortuguitas ya no pueden siquiera mirarse a la cara.